Las Yemas de Santa Teresa es un dulce tradicional, el más identificado de la repostería de la provincia de Ávila.
El origen de este dulce es incierto, existiendo diversas historias al respecto. Una de las teorías acerca de su origen se centra en la posibilidad de que se remonte a un origen de la cocina andalusí. Otra es de origen monacal, elaborado por las monjas que adquiere popularidad durante la vida de Santa Teresa de Jesús.
Yo lo he hecho aprovechando las yemas que me habían quedado de hacer un merengue. Las yemas se pueden congelar y las claras también.
Preparación de manera tradicional y en thermomix.
Ingredientes:
- 6 yemas
- 100 gr de azúcar
- 50 ml de agua
- 1 trozo de rama de canela
- la piel de 1 limón
- azúcar glass
Preparación de manera tradicional:
En un cazo ponemos el azúcar, agua, rama de canela y la piel de limón, bien lavada.
Lo ponemos al fuego, removemos para que el azúcar se disuelva y llevamos a ebullición hasta formar un almíbar. Si disponéis de termómetro, cuando alcance 100º es el punto del almíbar.
Mientras se hace el almíbar, batir la yemas.
Retiramos la canela, la piel de limón. Vamos incorporando las yemas poco a poco al almíbar sin dejar de remover, el fuego debe estar bajo.
Cuando la mezcla se vaya desprediendo del cazo, ya está lista. Colocamos en un recipiente y dejamos enfriar. Guardamos unas 5 horas en el frigrífico para que endurezca la masa.
Nos untamos las manos con aceite y hacemos pequeñas bolitas, rebozamos en azúcar glass y las ponemos en capsulas de papel rizado. Mantemos guardas en el frigorífico hasta la hora de consumir.
En thermomix:
Ponemos el agua, azúcar, la piel de limón a trozos y la rama de canela. Programamos 15 min, varoma, vel cuchara giro a la izquierda.
Sacamos la piel de limón y rama de canela y dejamos reposar ente 5-10 minutos.
Pasado el tiempo, programamos 8 min, varoma, vel 3. Vamos incorporando las yemas una a una hasta que se integren bien. Una vez integradas bien , bajamos a vel 1, hasta terminar el tiempo.
Colocamos en un recipiente y dejamos enfriar. Guardamos unas 5 horas en el frigrífico para que endurezca la masa.
Nos untamos las manos con aceite y hacemos pequeñas bolitas, rebozamos en azúcar glass y las ponemos en capsulas de papel rizado. Mantemos guardas en el frigorífico hasta la hora de consumir.
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