Una tarta que lleva muchos años en mi recetario y que hacía tiempo que no preparaba. Incluso la tenía olvidada. Me acordé de ella y dije, manos a la obra hacerla y compartirla entre mis seguidores.
Es una tarta que podemos hacer en cualquier momento, fácil de elaborar y va sin horno. Y para el verano es ideal, porque es fresquita, suave, nada empalagosa.
Ingredientes:
-1 sobre de gelatina de piña
-400 ml de nata para montar (2 brik)
-3 cucharadas soperas de azúcar
-bizcochos de soletilla
-caramelo liquido
Preparación:
Sacamos las rodajas de piña de la lata, escurrimos bien y reservamos el almíbar .
En un molde de plástico o cristal, redondo o cuadrado, como más os guste ponemos en el fondo caramelo liquido. Yo lo he hecho en uno redondo.
En el fondo caramelizado colocamos tres rodajas de piña. Yo las he partido por la mitad y en los huecos en puesto unas cerezas en almíbar.Troceamos dos rodajas de piña a trocitos pequeños, reservamos.
Encima de las rodajas de piña ponemos los bizcochos de soletilla y encima de los bizcochos los trocitos de piña que teníamos reservada.
A continuación ponemos otra capa de bizcochos con la cual terminamos.
En el vaso de la batidora ponemos las tres rodajas de piña restantes, con el azúcar, nata y el almíbar de la lata que teníamos reservado, batimos bien.
En un cazo ponemos a calentar este liquido batido, añadimos el sobre de gelatina y lo llevamos al fuego y sin dejar de remover hasta que empiece a hervir. Retiramos del fuego.
Seguidamente cubrimos los bizcochos con esta crema. Dejamos enfriar a temperatura ambiente. Tapamos con papel film y lo metemos en el frigorífico hasta el día siguiente. Debe estar bien cuajado antes de desmoldar.
Para desmoldar procedemos igual que un flan. Si esta muy pegada la tarta, pasamos el filo del cuchillo por alrededor del molde, ponemos un plato o fuente llana encima, volcamos el molde y listo.
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